lunes, 2 de agosto de 2010

Llamado a los ojos

 "esa blanda tortuga que tantea en la eternidad con ojos huecos"
 Julio



Con la noche cae la llamarada. Obtusa, lineal, pesada. Como un espectáculo improvisado de fuegos artificiales, donde algo, a todas luces, ha-salido-muy-mal. Con la noche, cada noche, un hilo brillante se desprende del quinto piso, de las anécdotas inventadas, de las brujerías persistentes. Alguien mirará. Alguien debería mirar. Automáticamente, cada noche, alguien debería mirar. Sólo para no tener el gusto incompleto del juego mal jugado, del artilugio malogrado, de la estrategia exagerada. Con la noche, si la distracción no gana, una luz fugaz -pero genuina- parpadea un segundo y se deja caer en el pozo del tiempo. Que alguien mire los pasados caer. Que alguien los salve.





"Muchacha en la ventana" - Salvador Dalí