Si en los intersticios de la redonda injusticia
sigue estando dormido
algún brote de euforia alienante
eso que emula felicidad
o poco menos.
Si aun hay lluvia tropezando en los cordones
y un rojo encandilante
que embruja los crepúsculos.
Si entonces quedan algunas palabras
intraducibles, casi miradas.
Si no hay camino de vuelta
y ya no importa
no hay motivos para que me evada.
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