"Leemos para saber que no estamos solos"
Demasiado hondo cada palabra
soltó su paciente veneno
aminorando los reflejos
de un pulso débil, agobiado.
La coraza cruda y líquida
que antes protegía
ahora llueve sobre la conciencia.
Pero ellas, afiladas y seguras
surcan, nadan
mutilan, desgarran
sanan, duelen.
Juran y desdicen
mueren y matan
destruyen toda defensa
y me dejan rodeada
y sola.
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